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Monseñor Helizandro Terán presidió misa de Jueves Santo en Zea

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El arzobispo de Mérida se trasladó hasta la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de Zea para conmemorar la última cena de Jesús junto a sus apóstoles

Prensa Arquidiócesis de Mérida

(18-04-2025) El Jueves Santo es una fecha clave en la Semana Santa dentro de la tradición católica. Marca el inicio del Triduo Pascual, un período de tres días que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Este día también se conmemora la institución de la Eucaristía durante la Última Cena, donde Jesús compartió el pan y el vino con sus discípulos, estableciendo el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

También se recuerda el lavatorio de los pies, un gesto de humildad y servicio realizado por Jesús hacia sus apóstoles, que simboliza el amor fraterno y el servicio al prójimo.

Para recordar este momento de fe, Monseñor Helizandro Terán, Arzobispo Metropolitano de Mérida, se trasladó hasta la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes, en Zea, donde presidió la santa eucaristía. Junto a él, estuvo el presbítero Jean Carlos Loaiza como concelebrante.

Monseñor Helizandro recordó el último mandamiento que Jesús compartió con sus discípulos: «‘Ámense como yo los he amado’, una frase sencilla en palabras pero profunda en significado, es una invitación constante a vivir el amor en toda su plenitud y nos recuerda el inmenso amor de Nuestro Señor Jesucristo al entregarse por nosotros y al dejarnos un mandato que es el corazón de nuestra fe».

Cuando Jesús dice “como yo les he amado”, nos llama a reflexionar sobre las características de su amor: un amor incondicional, que no discrimina y acoge a todos sin excepción, un amor que sirve al prójimo, como lo demostró en el lavatorio de los pies, enseñándonos que la grandeza está en la humildad y el servicio; un amor que perdona, incluso en la cruz, cuando rogó por quienes lo crucificaban y un amor que da la vida.

Al cerrar su homilía, Monseñor Terán refirió que, como comunidad de fe, estamos llamados a vivir este amor en nuestra cotidianidad. «Que esta Eucaristía, en la que celebramos el mayor acto de amor, nos inspire y fortalezca para ser testigos vivos del mandamiento que Jesús nos confió».

La eucaristía terminó con el traslado de Jesús Eucaristía al Monumento dando inicio a la adoración hasta las 12 de la medianoche para que los feligreses acompañaran a Jesús Sacramentado con cantos, oración y profunda fe cristiana.