Uno de los momentos más especiales de la jornada fue la representación de una niña encarnando a Santa Catalina de Siena, signo de la devoción viva y transmitida a las nuevas generaciones
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(30-04-2025) La comunidad parroquial de Santa Catalina de Siena, ubicada en la parroquia Jacinto Plaza del municipio Libertador, vivió este martes una emotiva y significativa celebración litúrgica en honor a su patrona.
La misa solemne fue presidida por el Arzobispo Metropolitano de Mérida, Monseñor Helizandro Terán, y contó con la participación activa de feligreses, grupos de apostolado, párrocos del arciprestazgo de El Chama y sacerdotes invitados.
Durante la eucaristía, el párroco anfitrión, Jhon Jairo Dávila, presentó a la comunidad el proyecto de ampliación del templo parroquial, anunciando con alegría la bendición de la primera piedra que será colocada en el lugar destinado para el Santísimo Sacramento.

Este acto marcó el inicio simbólico de una nueva etapa en la vida parroquial, orientada al fortalecimiento espiritual y estructural de la comunidad.
Uno de los momentos más especiales de la jornada fue la representación de una niña encarnando a Santa Catalina de Siena, signo de la devoción viva y transmitida a las nuevas generaciones.

En su homilía, Monseñor Terán invitó a los presentes a mirar hacia el interior y descubrir allí la presencia transformadora de Dios. Expresó que es en lo profundo de la conciencia donde el ser humano se conoce a sí mismo y comienza a experimentar a Cristo como fundamento de la vida. «Quien no se descubre necesitado del Señor, difícilmente podrá amarlo de verdad», dijo.
El arzobispo recordó que Santa Catalina nos impulsa a hacer un viaje interior, algo especialmente desafiante en estos tiempos marcados por la distracción constante. Subrayó que, en medio del ruido del mundo digital, se hace urgente recuperar el valor del silencio, la oración y el encuentro personal con Dios.
“El amor a Cristo, como lo vivió Santa Catalina, requiere tiempo, empeño, seriedad y disciplina en la vida espiritual”, afirmó Monseñor Terán.

“La doctrina orienta, pero es el Evangelio el que transforma la vida”, agregó, haciendo énfasis en la importancia de integrar el conocimiento con la experiencia viva de fe.
Asimismo, destacó el profundo amor de Catalina por la Iglesia, a la que dedicó su vida buscando su unidad y renovación. Invitó a los fieles a amar la Iglesia como madre, recordando que quien no ama a la Iglesia difícilmente puede amarse a sí mismo.
