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110 años de Misericordia. Un legado de amor de las Hermanas Franciscanas

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Movida por una fe profunda y el anhelo de servir a las más vulnerables, la Sierva de Dios Madre Ysabel Lagrange fundó en Mérida la Casa Hogar “Misericordia”, un gesto de entrega que —con la complicidad del sacrificio, el amor y la compasión— se convirtió en una obra centenaria que sigue iluminando la vida de niñas en situación de vulnerabilidad

Prensa Arquidiócesis de Mérida

(25-06-2025) El 24 de junio de 1915, la Sierva de Dios Madre Ysabel Lagrange, guiada por la fe y movida por el deseo de servir a los más pequeños del Reino, respondió generosamente al llamado de fundar un asilo para niñas en la ciudad de Mérida.

Esta obra fue posible gracias a la colaboración de la señora Juana Pérez de Parra Picón, una mujer comprometida con el bien común.

Durante 17 días, la Madre Ysabel, acompañada por las hermanas Clara y Santo Domingo, cruzó caminos en ferrocarril, lancha, a pie y en mula, testimoniando con su sacrificio un amor sin medida por las niñas más necesitadas.

Así nació la Casa Hogar “Misericordia”, obra que desde sus inicios ha sido signo del amor de Dios hecho servicio.

Nace el Colegio Sagrada Familia

Dos años después de la fundación del hogar, y ante la necesidad de educación para las niñas acogidas, se dio origen al Colegio Sagrada Familia. Este colegio, con una profunda inspiración cristiana, continúa su misión en la actualidad, brindando formación a 416 estudiantes.

Un hogar que sigue acogiendo

Hoy, la Casa Hogar «Misericordia» continúa siendo un espacio de amor y protección. En ella se atiende actualmente a 28 niñas provenientes de comunidades del páramo merideño, de los municipios Sucre y Libertador, y del municipio Gran Sabana del estado Bolívar.

Estas niñas, por motivos económicos, geográficos o sociales, no pueden acceder fácilmente al sistema educativo regular, y encuentran aquí un hogar lleno de fe, esperanza y caridad.

Una comunidad franciscana al servicio del Reino

La congregación que sostiene esta obra vive según el carisma franciscano, inspirado en la espiritualidad de san Francisco de Asís: oración, fraternidad y minoridad. Desde la alegría del Evangelio, las hermanas sirven al pueblo de Dios en colegios, casas hogares para niñas y ancianos, pastoral indígena y parroquial, y otros servicios a la Iglesia, con especial atención a los más pobres y abandonados.

La Casa Hogar y el colegio se encuentran ubicados en la avenida 3 entre calles 17 y 18 de la ciudad de Mérida, siendo presencia viva del Evangelio en medio del pueblo.

Un camino de vocación y entrega

Las jóvenes que sienten el llamado de Cristo pueden acercarse a las casas de la congregación. Allí, luego de un proceso de discernimiento espiritual, pueden iniciar el postulantado, compartiendo la vida comunitaria con las hermanas.

Después, continúa el noviciado, y más adelante, la profesión de los primeros votos, consagrándose al servicio de Dios y de los hermanos.

Un gracias desde el corazón de la Iglesia

La Madre Ysabel Lagrange fue instrumento del amor de Dios. Su entrega generosa sigue viva en la obra de la Casa Hogar «Misericordia», que durante 110 años ha sido luz, consuelo y esperanza para muchas niñas.