Con profunda devoción y participación del pueblo fiel, las comunidades de Santa Cruz de Mora y Montalbán celebraron este 16 de julio las festividades en honor a la Virgen del Carmen, patrona que, con su manto maternal, sigue guiando y acompañando el caminar cristiano de su gente
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(22-07-2025) En un ambiente colmado de fe y alegría, la comunidad de Santa Cruz de Mora rindió homenaje a su patrona, la Virgen del Carmen. La tradicional procesión recorrió las calles del pueblo con la imagen de la Virgen, acompañada por la feligresía entre cantos, música y expresiones de devoción que llenaron de vida las calles santacrucenses.
La eucaristía fue presidida por el padre Jean Carlos Loaiza, párroco de Nuestra Señora de las Mercedes de Zea, junto al padre Luis Enrique Rodríguez, párroco anfitrión, y los sacerdotes del Arciprestazgo del Valle del Mocotíes.

Durante la homilía, el padre Loaiza invitó a los presentes a ver en María «la Estrella del Mar que orienta, consuela y da sentido cristiano a nuestra vida», recordando que María siempre está atenta a las necesidades de sus hijos y nos conduce a su Hijo Jesús, cuya palabra estamos llamados a escuchar y vivir con fidelidad.
Al referirse al uso del Santo Escapulario, el sacerdote explicó que portar este signo con fe nos acerca al Salvador, especialmente en tiempos de dificultad, tal como lo hacían quienes se acercaban a Jesús durante su vida terrenal.

«Contemplar a la Virgen del Carmen», afirmó, «ensancha nuestro corazón en medio de un mundo marcado por la falta de trabajo, esperanza y vocaciones, por la sequía espiritual que solo Dios puede saciar». También advirtió sobre los peligros de los «ídolos modernos», como el uso desmedido de medios digitales que promueven un estilo de vida alejado de Dios, e instó a vivir con coherencia cristiana.
Celebración en Montalbán – Ejido
En la comunidad de Montalbán – Ejido, también se celebraron las festividades en honor a la Virgen del Carmen. La Eucaristía de la mañana fue presidida por el reverendo padre Alexander Rivera, obispo electo de San Carlos, acompañado del padre Raili Guerrero, párroco de la comunidad, y de varios sacerdotes del arciprestazgo local.

Durante su predicación, el padre Rivera destacó que “el sacerdote nunca camina solo; su labor está sostenida por la comunidad que le acompaña en el anuncio de la fe”.
Afirmó que estas fiestas no solo celebran a la Virgen, sino también la unidad y el esfuerzo de la parroquia en su caminar evangelizador. La devoción a la Virgen del Carmen —dijo— permanece viva en el corazón del pueblo, gracias a una fe sencilla pero profunda, cultivada desde la infancia.

Recordó que muchos crecieron invocando a la Virgen del Carmen en momentos de dificultad, y que su escapulario continúa siendo signo de protección y cercanía materna.
Asimismo, resaltó la importancia de redescubrir la Eucaristía como centro de la vida cristiana. «La Iglesia no es un lugar para aumentar las cargas del hermano, sino para ayudarse mutuamente a llevar la cruz», expresó, subrayando que la Virgen María permanece siempre cercana, alentando a sus hijos con su amor fiel.

La jornada concluyó en la noche con la tradicional procesión de las velitas, donde la imagen de la Virgen recorrió las calles iluminadas por la luz de cientos de velas, en un encuentro entrañable con su pueblo.
Estas fiestas patronales, vividas con fervor tanto en Santa Cruz de Mora como en Montalbán, nos recuerdan que María, Madre de la Iglesia, nos llama a renovar nuestra fe, a vivir en comunión y a seguir a su Hijo con el corazón lleno de esperanza.