El encuentro, presidido por Monseñor Helizandro Terán, reafirmó el papel de los monaguillos como servidores del altar y sembradores de esperanza en el marco del Año Jubilar 2025
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(11-08-2025) El pasado sábado 9 de agosto, 465 niños y jóvenes provenientes de 38 parroquias de la Arquidiócesis de Mérida se congregaron para celebrar el Jubileo de los Monaguillos, una jornada que combinó formación litúrgica, oración, recreación, peregrinación y Eucaristía. El evento fue presidido por Monseñor Helizandro Terán, arzobispo metropolitano de Mérida.

Servidores del altar: una vocación que trasciende lo litúrgico
El padre John Chacón, director del Departamento de Pastoral de Monaguillos, subrayó que la misión de estos niños, niñas y jóvenes va mucho más allá de asistir al sacerdote durante las celebraciones.

“Ser monaguillo es servir con reverencia, con conocimiento y con amor al altar de Jesús. Su labor implica participar activamente en misas, procesiones y otras celebraciones litúrgicas, pero también cultivar una vida interior de fe y compromiso”, expresó el sacerdote.
La formación de los monaguillos se realiza en estrecha coordinación con las parroquias, mediante las llamadas mini escuelas de monaguillos, espacios donde se abordan temas litúrgicos, espirituales y pastorales que fortalecen su identidad como servidores del altar.

Durante el encuentro, el padre Eliécer Ramírez, del Departamento de Liturgia de la Arquidiócesis, ofreció una charla formativa sobre las partes de la Eucaristía, el rol del ceremoniero y las vestiduras litúrgicas, con especial énfasis en las del obispo. Esta formación busca no solo instruir, sino también inspirar a los monaguillos a vivir con profundidad cada gesto y símbolo de la liturgia.

Adoración, peregrinación y encuentro con Cristo
Uno de los momentos más conmovedores fue la adoración al Santísimo Sacramento, presidida por el presbítero Leonardo Angulo, donde los monaguillos vivieron con fervor la presencia real de Jesús Eucaristía.

Posteriormente, realizaron una peregrinación desde el Seminario San Buenaventura hasta la Catedral de Mérida, culminando con la Solemne Eucaristía enmarcada en el Año Jubilar 2025: “Peregrinos de la Esperanza”.
Un llamado a servir con el corazón
Durante la homilía, Monseñor Helizandro Terán destacó la profundidad espiritual del servicio que prestan los monaguillos:

“Ser monaguillo no es solamente ayudar al sacerdote. Es servir con todo el corazón al altar de Jesús, nuestro único amigo y Señor”, dijo; agregando que “Dios está al lado de cada uno de nosotros (…) cuando somos felices jugando con los amiguitos, ahí está reflejado ese amor profundo que nos tiene el Señor Jesús”.

Monseñor Terán, frente a los más de 460 niños, niñas y jóvenes, afirmó que los monaguillos cumplen una labor muy importante, “y esa labor significa servir en el altar de aquel que nos ha salvado, que estoy uniéndome con quien me da vida, eso es ser monaguillo y ser servidor del altar (…) yo como obispo, quiero felicitarles, porque en ese servicio ustedes, mis queridos niños, están demostrando que Cristo es importante en la vida y en el corazón de cada uno de ustedes”.

Al finalizar sus palabras, Monseñor Terán invitó a los presentes a hacer un compromiso. “El compromiso es orar, es dialogar todos los días con Jesús y decirle a Jesús: ‘Señor, te amo, porque tú eres mi Señor, porque tú eres mi Dios. Señor Jesús, yo te amo porque tengo una familia, porque tengo unos papás. Señor Jesús, te amo por todo lo que me has regalado, poder ir a una escuela, no pasar grandes necesidades (…) Señor Jesús, te doy gracias por la familia que tengo; eso hay que recordarlo todos los días y decirle tambiénSeñor, te doy gracias porque me permites servir en el altar».

Las palabras del arzobispo resonaron como un llamado a vivir la vocación con entrega, alegría y sentido trascendente, mientras que los monaguillos, al unísono, se comprometieron no solo a hacer su labor dentro de la iglesia, sino también a agradecer a Dios por cada aspecto que rodea sus vidas.

El Departamento de Monaguillos también acompaña a quienes manifiestan inquietudes vocacionales, orientándolos con respeto y libertad hacia la Pastoral Vocacional del Seminario Menor, en caso de que decidan explorar ese camino.
