Mérida honra a la patrona de Venezuela con romerías, cantos y gestos solidarios que convierten la devoción en memoria viva de un pueblo cargado de fe y esperanza
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(09-09-2025) En el marco de los 373 años de la aparición de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, el estado Mérida se convierte en escenario de múltiples celebraciones que entrelazan fe, tradición y cultura.

Desde El Chama hasta Chachopo, pasando por Mesa de las Palmas, Lagunillas, Ejido, Milla, Tabay y San Rafael de Mucuchíes, y por todo el territorio de la arquidiócesis, la devoción mariana se manifiesta en romerías, serenatas, misas y expresiones artísticas que fortalecen el tejido espiritual de la región y la devoción de los merideños hacia la patrona religiosa de Venezuela.
En la Parroquia Nuestra Señora de Coromoto, en la populosa comunidad de El Chama, bajo la guía del presbítero Jonathan Zambrano, los actos en torno a la Virgen de Coromoto iniciaron el pasado 30 de agosto con una romería que incluyó visitas a los enfermos, bendición de altares, rezo del Santo Rosario y el acompañamiento y danzas de los indios de Coromoto.

Las niñas representan advocaciones marianas, y cada noche culmina con la eucaristía y un compartir solidario.
El día central, el 11 de septiembre, contará con una caravana, misa presidida por Monseñor Helizandro Terán y una olla comunitaria.
Chachopo: fe y cultura entre montañas y neblina
En el municipio Miranda, la comunidad de Chachopo cada año celebra a la Virgen de Coromoto con una procesión que recorre las calles empedradas del pueblo, acompañada por cantos tradicionales y altares por todo el pueblo.
Se organizan novenas y misas que convocan a familias enteras, provenientes de diversas zonas del municipio Miranda, y de otras comunidades cercanas.
En esta comunidad, enclavada en pleno páramo merideño, los indios coromotanos recorren las calles al ritmo de los tambores para mostrar, entre otras manifestaciones, el típico baile de la araña, una expresión cultural profundamente simbólica que forma parte de las festividades en honor a la Virgen de Coromoto.

El baile evoca la figura de la araña como símbolo de conexión, tejido comunitario y protección espiritual. Los danzantes visten atuendos coloridos con elementos que recuerdan a la naturaleza: plumas, máscaras y tejidos artesanales.
La coreografía incluye movimientos circulares, saltos y gestos que simulan el tejido de una telaraña, en alusión al vínculo entre la Virgen de Coromoto y su pueblo.
En otras comunidades de Mérida como Ejido, municipio Campo Elías, Milla, municipio Libertador o Tabay, municipio Santos Marquina, también se celebra a la advocación mariana, patrona de Venezuela.
En Lagunillas, municipio Sucre, la celebración se entrelaza con prácticas ancestrales. Comunidades indígenas participan con cantos y ofrendas de alimentos locales, acompañando la celebración con tambores, cuatros y otros instrumentos propios que mezclan la religiosidad popular con sonidos de los pueblos originarios.
San Rafael de Mucuchíes: la Capilla de Piedra, arte y devoción
A 3140 metros de altitud, se encuentra la Capilla de Piedra de San Rafael de Mucuchíes. Uno de los homenajes más conmovedores hechos en Mérida en honor a la Virgen de Coromoto.

Esta estructura, que hoy es patrimonio cultural de Venezuela, fue construida entre 1980 y 1984 por el artista popular Juan Félix Sánchez como una promesa de fe y devoción a la Virgen de Coromoto.
Sánchez, nacido en el mismo pueblo, dedicó su vida a preservar la cultura andina a través del arte, la escultura y la arquitectura.
La capilla, hecha con piedra sobre piedra, no solo es un templo religioso, también es un espacio cultural símbolo de la riqueza espiritual, la fe y el patrimonio cultural de los Andes venezolanos.
Una historia que nos une en la fe
La historia de Nuestra Señora de Coromoto se remonta al año 1652, cuando, según la tradición, se apareció a un cacique de la etnia cospes en las tierras de Guanare, estado Portuguesa, invitándolo a abrazar la fe cristiana.
Aquella aparición, que marcó el inicio de un proceso de evangelización con intensa carga simbólica, no solo dio origen a la devoción nacional, sino que sembró una espiritualidad mestiza que hoy se manifiesta en cada rincón del país.

En Mérida, esta devoción ha encontrado una expresión particularmente íntima y comunitaria, donde la Virgen no es solo patrona espiritual de Venezuela, sino también madre protectora de los sembradíos, guía de los caminantes y consuelo de los enfermos.
A lo largo de los Andes merideños, la figura de la Coromoto se ha entrelazado con las tradiciones locales, dando lugar a celebraciones que combinan lo litúrgico con lo ancestral. Desde las romerías en El Chama hasta las ofrendas en Lagunillas y las danzas de Chachopo, la Virgen es invocada con cantos, rezos y gestos solidarios que reflejan una fe profunda hacia ella. La devoción a la Virgen de Coromoto en Mérida se fortalece con el paso de los años.