La Arquidiócesis de Mérida celebró este 5 de octubre el Jubileo de los Educadores con una peregrinación y misa solemne en la Catedral, como parte del Año Jubilar “Peregrinos de la Esperanza”, reuniendo a docentes de instituciones públicas, privadas y católicas
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(06-10-2025) Con una emotiva peregrinación y una solemne Eucaristía, docentes de Mérida se congregaron en la Basílica Catedral Inmaculada Concepción para celebrar el Jubileo de los Educadores, en el marco del Año Jubilar “Peregrinos de la Esperanza”.

La jornada inició en horas de la mañana con la concentración de los participantes, quienes elevaron las oraciones iniciales antes de emprender la peregrinación hacia la Catedral. En el recorrido participaron docentes y directivos de colegios católicos, miembros de APEP, así como educadores de instituciones públicas y privadas.
La peregrinación fue encabezada por la Santa Cruz del Jubileo, llevada por docentes activos y jubilados de diversas instituciones. Gracias a las Siervas de Jesús del Colegio Nuestra Señora del Rosario, también se contó con la presencia de la reliquia de la Madre Carmen Rendiles, lo que añadió un profundo significado espiritual al encuentro.

La Eucaristía fue presidida por el padre Leonardo Angulo, quien destacó el Jubileo como una oportunidad para agradecer a Dios por la vocación docente y su papel fundamental en la formación integral de niños, jóvenes y adultos. Subrayó que, desde una perspectiva cristiana, la labor educativa contribuye a forjar ciudadanos con valores de fraternidad, justicia y paz.
Los educadores vivieron esta celebración con profunda fe y devoción: participaron activamente en la misa, recibieron la comunión, compartieron las intenciones del Papa León XIV y oraron por él, con el propósito de obtener la indulgencia plenaria.

Más que una ceremonia, el Jubileo de los Educadores fue una verdadera fiesta de gratitud y esperanza, que reafirma la presencia educativa de la Iglesia centrada en la persona, no solo en su formación académica, sino también en su crecimiento cristiano y humano.