Como parte de las actividades del fin de semana y enmarcadas en la celebración de la Divina Misericordia, el sábado 27 de abril se entregaron 1500 arepas en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(30-04-2025) El pasado domingo 28 de abril se llevó a cabo en la Catedral de Mérida la Solemne Eucaristía de la Divina Misericordia. En ella participaron diversas cofradías y grupos del Apostolado de la Misericordia pertenecientes a diferentes parroquias de la Arquidiócesis de Mérida.
La celebración fue presidida por Monseñor Helizandro Terán, Arzobispo Metropolitano de Mérida, y concelebrada por los padres Nelson Arellano, asesor arquidiocesano del Apostolado de la Misericordia; Javier Gómez, de los Padres Paulinos; Leonardo Angulo, vicario parroquial de la Catedral; y José Gregorio Méndez, párroco de la misma.
Durante la homilía, el arzobispo insistió en la importancia de la devoción a Jesús de la Divina Misericordia, revelada a Santa Faustina Kowalska, como camino de amor, compasión y cercanía con el que sufre.
Recordó que el Papa Francisco llamó a ser misericordiosos como el Padre, una invitación que, a pesar de la muerte del Sumo Pontífice, sigue vigente hoy más que nunca.
La Eucaristía fue acompañada musicalmente por la coral Cantus Mensurabilis, y al final de la celebración, Monseñor Terán elevó una oración por el eterno descanso del Papa Francisco, invitando a los fieles a continuar orando por él y a seguir difundiendo la devoción a la Divina Misericordia.
Como parte de las actividades del fin de semana, el sábado 27 de abril se entregaron 1500 arepas en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes, para luego celebrar las vísperas de la Misericordia en el nivel plaza del centro de salud, donde se oró por los enfermos y por el alma del Santo Padre.
Con una participación fervorosa de los fieles y un ambiente de profunda espiritualidad, la Arquidiócesis de Mérida vivió esta importante celebración religiosa que recuerda el mensaje de Jesús a Santa Faustina: anunciar al mundo la infinita misericordia del Señor.