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Parroquias de la Arquidiócesis de Mérida vivieron con fe y esperanza la fiesta de San Isidro Labrador

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Con profundo espíritu de fe y tradición, las parroquias de la Arquidiócesis de Mérida celebraron con alegría la festividad de San Isidro Labrador, patrono de los agricultores. En cada rincón del campo merideño, la devoción se manifestó en misas, procesiones y bendiciones, reafirmando el vínculo entre la espiritualidad y la vida agrícola. Una jornada de oración y esperanza que une a las comunidades en su amor por la tierra y su gratitud por la abundancia

Prensa Arquidiócesis de Mérida

(19-05-2025) En un ambiente de oración, alegría y tradición, las parroquias que conforman la Arquidiócesis de Mérida celebraron, el 15 de mayo, la fiesta litúrgica de San Isidro Labrador, patrono de los agricultores y del hombre del campo.

Desde muy temprano en la mañana, las comunidades se congregaron en los templos para dar gracias a Dios por medio de este santo humilde y trabajador, pidiendo su intercesión para que nunca falte el pan en los hogares, ni el fruto en los campos.

En las distintas zonas rurales de la jurisdicción de la Arquidiócesis de Mérida, donde muchas familias viven de la agricultura, esta celebración reviste una importancia muy especial.

En comunidades como San Rafael de Mucuchíes, Mucuchíes, los Pueblos del Sur, Lagunillas, Timotes, Pueblo Llano, Jají y muchas otras comunidades parroquiales, se vivió con fervor esta jornada que une la fe con la vida del campo.

En cada misa celebrada se elevó una oración por los agricultores, por la tierra y por el agua, reconociendo que el trabajo del campo es también una forma de servir a Dios.

Durante este día se recordó la historia de San Isidro, quien supo vivir su vida cotidiana con una profunda espiritualidad, confiando siempre en la providencia divina y cumpliendo sus labores con humildad y amor.

Muchos agricultores llevaron consigo semillas, herramientas de trabajo o frutos de la tierra para ser bendecidos, como signo de consagración de su esfuerzo al Señor.

En varias comunidades se realizaron procesiones con la imagen del santo, adornadas con flores, ramas y frutos, y acompañadas de cantos, oraciones y actos culturales.

Fue un momento en el que se manifestó la profunda religiosidad popular que caracteriza al pueblo merideño, especialmente en las zonas campesinas donde la devoción a San Isidro sigue viva de generación en generación.

Además, durante el fin de semana, se continuaron las celebraciones en varias parroquias y comunidades.

El sábado 17 y domingo 18 de mayo, comunidades como Bailadores, La Azulita y Espíritu Santo de Ejido con sus sectores aledaños también realizaron actos litúrgicos y festivos en honor a San Isidro.

En estas comunidades, la devoción popular reunió a los fieles en misas, bendiciones de herramientas agrícolas y alimentos, así como en procesiones que recorrieron caminos y sembradíos, llevando la imagen del santo como signo de esperanza y protección para el trabajo del campo.

Estas celebraciones extendidas mostraron cómo la fe en San Isidro sigue siendo un pilar fundamental para las familias campesinas de la región, quienes no solo lo reconocen como su patrono, sino como compañero en las labores diarias y ejemplo de vida cristiana.

Así, un año más, el pueblo de Dios en Mérida rindió homenaje al santo labrador, reafirmando su fe y pidiendo que, por su intercesión, el Señor siga bendiciendo cada semilla, cada surco y cada corazón que cultiva la tierra con amor y dignidad.