Acompañados por la imagen de María Auxiliadora y las reliquias de los beatos José Gregorio Hernández y Madre Carmen Rendiles, los participantes vivieron una jornada marcada por la oración, la reflexión y el compromiso de fortalecer la fe en la comunidad educativa
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(02-06-2025) En el marco del Jubileo de la Esperanza, la Parroquia Nuestra Señora del Rosario y el Colegio Salesiano San Luis, junto a diversas instituciones educativas de la comunidad, celebraron el Jubileo Educativo Parroquial el pasado 31 de mayo.
La jornada comenzó con una emotiva peregrinación desde el Colegio San Luis hasta la Catedral de Mérida, templo jubilar, donde se llevó a cabo la solemne Eucaristía.
Estudiantes de distintas unidades educativas de la parroquia, acompañados por profesores, directivos, padres, representantes y miembros de los movimientos de apostolado, caminaron en un ambiente de santidad y esperanza. La peregrinación estuvo amenizada por la Banda Show del Colegio San Luis, y se enriqueció con la presencia de la imagen de María Auxiliadora, el rezo del Santo Rosario y cantos marianos.
Entre los momentos más significativos de la jornada estuvo la presencia de las reliquias del Dr. José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles, dos beatos venezolanos próximos a ser canonizados.
El padre Reinaldo Muñoz, párroco de Nuestra Señora del Rosario, destacó que la celebración del Jubileo Educativo estuvo precedida por una intensa preparación espiritual, con jornadas de oración, confesión y una logística organizada para garantizar el éxito del evento.
Durante su homilía, el sacerdote resaltó el testimonio de fe de José Gregorio Hernández y la Madre Carmen, instando a los fieles a que la Iglesia continúe llevando el mensaje de amor y esperanza a las calles.
«La vida de estos beatos debe motivarnos a proclamar que Dios es amor, que está vivo, que contamos con María como madre y con la presencia y el auxilio del Espíritu Santo», expresó.
El evento culminó con un llamado a los niños, jóvenes, religiosas, docentes y laicos comprometidos, quienes, como testigos de esperanza, están llamados a encender una llama de fe en la comunidad.
«Vale la pena seguir a Cristo, vivir este jubileo y renovarnos como auténticos cristianos», concluyó el padre Muñoz, dejando un mensaje de inspiración para todos los participantes.