Comunicaciones ArquiMérida

El Nuncio Apostólico cerró su visita a Mérida en un encuentro con seminaristas y comunidades religiosas

x

El Seminario San Buenaventura de Mérida fue el escenario de un ameno encuentro entre el nuncio apostólico de Su Santidad el papa León XIV para Venezuela, Monseñor Alberto Ortega Martín, y las diversas comunidades religiosas, formadores y seminaristas de la iglesia merideña. Esta reunión se dio como parte de su visita a la Arquidiócesis

Prensa Arquidiócesis de Mérida/Isvait Toro- Pasante ULA

(20-06-2025) Este jueves 19 de junio, Monseñor Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico de Su Santidad León XIV en Venezuela, visitó el Seminario San Buenaventura de Mérida. Allí, se encontró con comunidades religiosas, formadores y seminaristas, un gesto que transmite la cercanía de Su Santidad con quienes sirven a la iglesia merideña.

Monseñor Ortega agradeció a todos por su presencia en el encuentro. «Cada uno, según el carisma que ha recibido, es importante dentro de la iglesia. La vida consagrada es un gran don para toda la Iglesia», afirmó. Añadió que ver el auditorio era «signo de la bendición que tiene Mérida al tener tantos seminaristas, religiosos y religiosas presentes en esta Arquidiócesis».

Con cercanía, el nuncio apostólico compartió con los presentes anécdotas sobre su vida vocacional. «La vocación la veo mayormente gracias a la familia de mi madre», comentó. 

«Un ejemplo de ello es cuando íbamos de pequeños en verano a donde mi abuela y rezábamos todos los días el rosario. Para mí es una santa canonizable, porque ¡qué importante es la familia en el proceso de formación! Gracias a esto, mi hermano gemelo y yo nos hicimos sacerdotes», recordó.

Continuó afirmando que «durante mis diversos años aprendí a decirle que sí a Dios. Cuando me llamó a servirle en la parroquia, luego al sacerdocio, después en la academia para estudiar derecho canónico y más tarde como nuncio en Irak. Aquello fue una bendición: pude ver la fe pura de los cristianos que, incluso siendo perseguidos y perdiéndolo todo, perdonaban a sus perseguidores y los ayudaban durante la reconquista de Mosul».

«Luego, en esa llamada, nuevamente a moverme e ir a Chile durante la renuncia masiva de los obispos, que se fue solventando con la ayuda del papa Francisco en un proceso de renovación. Y finalmente, aquí en Venezuela, después de tanto tiempo sin nuncio. El ‘sí’ a Dios cada vez me fue saliendo más espontáneo porque he visto cumplirse la promesa, a pesar de las adversidades, de que Él está con nosotros», dijo.

Expresó con cercanía que, aunque no faltan las dificultades, “aquí estoy tan contento porque estoy representando al papa en medio de ustedes, a quien le tenemos tanto cariño. Seguimos caminando juntos, sobre todo en este Año Santo que el papa Francisco y ahora el papa León quieren que caminemos juntos en la esperanza».

«Veo en los venezolanos una capacidad de resiliencia en ese ir juntos, que es tan importante en la misión, porque Jesús dice: ‘Que sean uno para que el mundo crea’. Y esa comunión es un don y una responsabilidad. Ese encuentro fraterno entre sacerdotes, religiosos, religiosas, formandos y seminaristas hay que cuidarlo mucho. Y recordar que la esperanza de Dios es la que no defrauda, y es esa la que debemos transmitir a los demás como una de las grandes tareas que la iglesia venezolana tiene hoy», fueron sus palabras finales.

Mérida: “La reserva espiritual de la nación”

En este encuentro, resonaron las palabras de San Juan Pablo II, pronunciadas hace 40 años durante su visita a tierras merideñas, donde calificó al estado como «la reserva espiritual de la nación». El nuncio Alberto Ortega las recordó con cariño y añadió que «para la iglesia de Mérida es un gran don, porque el número es un signo de bendición y una responsabilidad que todos tenemos».

La Arquidiócesis de Mérida se enriquece con múltiples formas de vida consagrada, que abarcan desde las órdenes monásticas y eremíticas hasta institutos seculares y sociedades laicales. Todas estuvieron presentes en este encuentro con el nuncio apostólico.

Pudieron compartir sus experiencias a través de las palabras de las hermanas Inés Gudiño y Ana Gabriela Salas, representantes de la Conferencia Venezolana de Religiosos y Religiosas (CONVER). Así mismo, el padre rector Ramón Paredes y el seminarista Carlos Morales expresaron su emoción en nombre de los seminaristas, formandos religiosos, personal y formadores que residen en el Seminario San Buenaventura por el regalo de la presencia del representante del papa en este lugar.