Con profunda devoción y espíritu festivo, la Parroquia San Juan Bautista de Milla celebró su Fiesta Patronal, una jornada marcada por la fe, la confirmación de nuevos creyentes y el mensaje solidario del obispo electo Alexander Rivera, quien invitó a vivir con entrega, al estilo del precursor del Señor
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(27-06-2025) Con gran gozo y fervor, la feligresía de la Parroquia San Juan Bautista de Milla celebró este 24 de junio su Fiesta Patronal en honor a su Santo Patrono, San Juan Bautista. La celebración fue presidida por el reverendo padre Alexander Rivera, obispo electo de la Diócesis de San Carlos, quien estuvo acompañado del clero del Arciprestazgo de la Zona Norte, así como del presbítero Ronald Rojas, párroco de la comunidad.
Durante esta jornada de fe, también se celebró con especial solemnidad el sacramento de la Confirmación, recibido por los jóvenes de la catequesis de la cuarta etapa. Fue un momento significativo para la comunidad, que acompañó a los confirmandos con oración y alegría.
En su homilía, el Padre Alexander Rivera dirigió palabras de aliento y compromiso cristiano. Invitó a todos a intensificar la oración y a ejercer la solidaridad con los hermanos del Páramo, quienes recientemente han sufrido pérdidas a causa del desbordamiento de los ríos.
Exhortó a vivir con la misma disposición de San Juan Bautista, abiertos a cumplir la voluntad de Dios con fe y entrega.
Asimismo, el Padre Rivera destacó la importancia de la misión de los catequistas, subrayando que “una parroquia no puede vivir sin ellos”.
Además, reflexionó sobre los dones del servicio, la vocación sacerdotal, y resaltó el valor del sacramento de la Confirmación como uno de los sacramentos más grandes.
Las comunidades de los distintos sectores que conforman la parroquia, que durante los días previos participaron activamente en la novena en honor a San Juan Bautista, se hicieron presentes en la misa con sus ofrendas en acción de gracias. También acompañaron los distintos grupos de apostolado y los jóvenes que recibieron el sacramento.
La celebración culminó en un ambiente de profunda fe y esperanza con una procesión solemne, en la que los fieles acompañaron la imagen de San Juan Bautista por los alrededores de la Plaza Sucre, reafirmando su devoción y compromiso cristiano.