Comunicaciones ArquiMérida

Realizado el Cursillo de Admisión 2025 en el Seminario San Buenaventura de Mérida

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Participaron 21 jóvenes provenientes de distintas diócesis del país, como parte del proceso formativo para quienes sienten el llamado al sacerdocio

Prensa Arquidiócesis de Mérida

(24-07-2025) El Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida fue sede, del 16 al 20 de julio, del Cursillo de Admisión 2025, un espacio formativo para discernir la vocación sacerdotal de jóvenes provenientes de distintas diócesis del país.

El padre Ramón Paredes, rector del seminario, explicó que este cursillo es una experiencia orientada al proceso de admisión, en la cual se busca que los jóvenes entren en contacto con las cuatro dimensiones fundamentales de la formación sacerdotal: humana, espiritual, intelectual y pastoral.

Durante estos días, los participantes vivieron de cerca la vida del seminario y mostraron lo mejor de sí en cada aspecto.

«Cada joven dio lo mejor de sí, entregándose plenamente a las actividades propuestas. Este proceso nos permite discernir si su perfil responde a lo que se espera de un futuro seminarista», explicó el Padre Paredes.

Participaron un total de 21 jóvenes provenientes de diversas diócesis del país, incluyendo San Fernando de Apure, El Vigía-San Carlos del Zulia, Machiques, y especialmente 16 jóvenes de la Arquidiócesis de Mérida. Tras la evaluación del proceso, 16 de ellos fueron admitidos para iniciar su formación en el seminario.

Por su parte, el padre Edgar Quintero, asesor de la Pastoral Vocacional, destacó el valor del trabajo conjunto entre parroquias y seminario para promover las vocaciones. Además, agradeció profundamente a los párrocos, quienes con su acompañamiento y discernimiento han sido pilares fundamentales en el trabajo vocacional de la arquidiócesis.

También manifestó su gratitud a todos los fieles que, con su oración, apoyan la pastoral vocacional de nuestra Iglesia.

Con esperanza y gratitud, la Iglesia en Mérida celebra esta respuesta generosa de los jóvenes que han sentido el llamado de Dios y han decidido seguirlo más de cerca en el camino del sacerdocio. Este acontecimiento es signo del dinamismo vocacional que vive nuestra Iglesia local y una invitación a seguir fomentando una cultura vocacional en nuestras parroquias y comunidades.