Por: Padre Edduar Molina Escalona
(30-08-2025) Nuestra tierra merideña ha sido cuna de figuras señeras en la vida eclesial de nuestra patria, desde el renombrado Monseñor Doctor Buenaventura Arias Vergara, auxiliar de Mérida, prócer de la independencia de Venezuela. Seguido del ilustre ejidense Monseñor Ignacio Fernández Peña, IV Arzobispo de Caracas, diputado por Barinas del entonces Congreso Constituyente de 1811 y rector de la Universidad de Los Andes.
En tercer lugar, nos encontramos con el primer cardenal venezolano, su eminencia, Monseñor José Humberto Quintero Parra, que fue el XII Arzobispo de Caracas. Le siguió el hijo de la tierra del café, Santa Cruz de Mora, Monseñor José Humberto Paparoni Bottaro, primer obispo de Barcelona.
En quinto lugar, figura el servidor de los llanos, Monseñor Roberto Dávila Uzcátegui, primer obispo de San Fernando de Apure y auxiliar de Caracas.
Monseñor Marcial Ramírez Ponce, nativo de nuestra parroquia de la ciudad serrana, se distinguió como pastor del Ejército Venezolano, fue Auxiliar de Caracas y Capellán de las Fuerzas Armadas Nacionales. Un hijo de Timotes ocupa el sexto lugar, Monseñor Sótero Valero Ruz, dejando su huella como obispo auxiliar de Valencia y obispo de Guanare.
El octavo puesto es para el eudista Monseñor Luis Alfonso Márquez Molina, tovareño, que fue Administrador Apostólico de El Vigía – San Carlos y es el Obispo emérito Auxiliar de Mérida. De los padres capuchinos salió el noveno obispo merideño, Monseñor Jesús Alfonso Guerrero, vicario del Caroní, obispo de Machiques y quinto obispo de Barinas.
El actual obispo de Trujillo, Monseñor José Trinidad Fernández Angulo, fue auxiliar de Caracas, secretario general de la Conferencia Episcopal Venezolana.
En el número once está el actual obispo de El Vigía – San Carlos del Zulia, Monseñor Juan de Dios Peña Rojas. El número doce le corresponde a Monseñor Luis Enrique Rojas Ruiz; fue obispo auxiliar de Mérida y ahora ejerce como obispo de Punto Fijo, estado Falcón.
En la Villa de Bailadores nació Monseñor Gerardo Ernesto Salas Arjona. Tercer obispo de Acarigua-Araure. Y en el número catorce nos encontramos con el guardián de nuestra patrona nacional, Monseñor Gustavo Enrique Araque Valero. Séptimo obispo de Guanare.
Por último, como número quince, el recién nombrado obispo de San Carlos, Monseñor Alexander Rivera.
Nuestros epíscopes merideños son nativos de los municipios Libertador, Campo Elías, Rangel, Miranda, Pinto Salinas, Tovar, Rivas Dávila y Sucre. Los emeritenses suman seis y los ejidenses dos. Los restantes, uno cada uno.
Fue el Papa San Pablo VI quien erigió la Diócesis de San Carlos el 16 de mayo de 1972 y encomendó el cuidado pastoral de esta Iglesia llanera a Monseñor Medardo Luzardo Romero como su primer obispo. Había sido ordenado sacerdote en 1960 por un arzobispo merideño, Monseñor Rafael Pulido Méndez.
Monseñor Alexander Rivera Vielma nació en Mérida el 6 de marzo de 1974 y se crio en La Azulita. Recibió su ordenación sacerdotal el 19 de septiembre de 1998, con una sólida formación académica y dilatada experiencia pastoral; en diversos servicios y ministerios de esta Arquidiócesis, los últimos años su trabajo se centró como vicario general y párroco de San Miguel de El Llano.
Se convirtió en el primer obispo de Venezuela elegido por el Papa León XIV.
Deja, Monseñor Rivera, estas frías montañas andinas, para sembrar su corazón de pastor en la inmensidad de los llanos cojedeños.
Su consagración episcopal y toma de posesión como V obispo de la Diócesis de San Carlos se llevó a cabo el pasado sábado 23 de agosto, en una concurrida celebración multitudinaria con la participación de un buen número de nuestros obispos venezolanos, junto al clero de Cojedes, sus hermanos de Mérida y de otras diócesis, junto a los religiosos, religiosas, miembros de apostolados, autoridades civiles, académicas, militares y la feligresía de las diferentes parroquias de esta Iglesia llanera.
La ceremonia fue presidida por nuestro arzobispo, Monseñor Helizandro Terán, consagrante principal, junto a Monseñor Alberto Ortega, Nuncio Apostólico de la Santa Sede en Venezuela, y Monseñor Jesús González de Zárate, Arzobispo de Valencia y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Recibe al nuevo obispo una Iglesia con un clero en su mayoría joven y bien dispuesto a la tarea de hacer resonar el Evangelio y encarnar sus valores en esta Iglesia cincuentenaria.
El quinto obispo de San Carlos recibe el regalo de las pequeñas comunidades cristianas, fruto del Proyecto de Renovación Pastoral llevado a cabo por su tercer obispo, monseñor Tomás Zárraga, y consolidadas por su cuarto obispo, Monseñor Polito Rodríguez, toda una escuela de comunidades de fe y amor, servicio y caridad cristiana, de vivencia y formación de los valores cristianos.
Que nuestra Madre Divina Pastora guíe sus pasos de buen pastor para que pueda hacer realidad las palabras de San Agustín: «Si me asusta lo que soy para ustedes, me consuela lo que soy con ustedes. Para ustedes soy obispo, con ustedes soy cristiano. Aquel nombre expresa un deber, este, una gracia; aquél indica un peligro, este, la salvación» (Sermón 340, 1).
Mérida, 28 de agosto de 2025.