Bajo la guía del Espíritu Santo, el Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida inició un nuevo ciclo formativo, renovando su compromiso de preparar pastores que sirvan con fidelidad, amor y entrega al Pueblo de Dios
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(07-10-2025) Con una solemne Eucaristía presidida por Monseñor Helizandro Terán, Arzobispo Metropolitano de Mérida, el Seminario Arquidiocesano San Buenaventura dio inicio oficial al año académico 2025–2026.
La celebración fue encomendada al Espíritu Santo, gesto que simboliza el deseo de los seminaristas y formadores de ser guiados por Él en este nuevo camino de aprendizaje y discernimiento vocacional.
Durante la Misa, el equipo formador realizó la profesión de fe, reafirmando su compromiso con la misión educativa y pastoral del Seminario.
En su homilía, monseñor Terán invitó a los seminaristas a vivir con docilidad al Espíritu Santo, recordando que toda vocación sacerdotal debe ser un propósito constante de entrega y de formación integral.
“La vida de todo seminarista se ha de convertir en un propósito permanente de entrega a la voluntad del Señor, y a tomar conciencia de la necesidad de formarse lo mejor posible para servir al Pueblo de Dios”, exhortó el Arzobispo.
Inspirado en la lectura del profeta Ezequiel, monseñor comparó la acción del Espíritu con el soplo que da vida a los huesos secos.
“Solo el Espíritu es capaz de unirnos en comunión y amor, de transformarnos en un solo cuerpo animado por Cristo Resucitado”, resaltó.
El prelado subrayó la importancia de la oración, la humildad y la excelencia en el estudio como caminos hacia la verdadera configuración con Cristo.
“Sean fervientes devotos del Espíritu Santo. Él los hará instrumentos dóciles y valientes para construir el Reino de Dios en medio de las realidades de nuestro país”, expresó.
Tras la celebración eucarística, Fortunato González, profesor universitario y miembro de la Academia de Mérida, dictó la Lectio Inauguralis, centrada en la Doctrina Social de la Iglesia y su relevancia para la acción política cristiana.
El académico destacó que la Doctrina Social de la Iglesia ofrece los fundamentos morales y éticos que deben guiar la vida pública, especialmente en contextos de crisis y transformación social.
“Los principios de la Doctrina Social de la Iglesia coinciden con los de la democracia cristiana: la dignidad de la persona humana y el amor expresado en la caridad. Cuando un político actúa movido por el amor y la caridad, obra desde la verdad del Evangelio”, afirmó González.
El Padre Ramón Paredes, rector del Seminario, junto a los formadores, reafirmó el compromiso de acompañar a los seminaristas en su crecimiento humano, espiritual y académico, de manera que cada uno pueda configurarse con Cristo Buen Pastor.
Con este nuevo período académico, el Seminario reafirma su compromiso con una formación integral, fiel al Magisterio de la Iglesia y en diálogo con los desafíos actuales, para seguir formando sacerdotes preparados, humanos y profundamente creyentes.
