Prensa Arquidiócesis de Mérida
(20-12-2024) En un momento significativo de su historia, la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada se prepara para celebrar su centenario en el año 2025.
Este importante aniversario se ve, además, acompañado por la conmemoración de los 25 años de su llegada a la Arquidiócesis de Mérida, un 16 de septiembre de 2001, con el propósito de dinamizar la acción misionera en la Parroquia Santiago Apóstol de la Punta.
La hermana Adianez Fuenmayor, miembro de la congregación, destaca que el carisma de la comunidad es eucarístico-mariano y que su misión principal es el acompañamiento eclesial, lo que les ha permitido actuar como misioneros en las diferentes comunidades.
«La intención del Padre Ugo era que nos encargáramos de educación religiosa escolar y la catequesis, y por supuesto de la formación de la comunidad parroquial», señala.
La fundación de la congregación se remonta a 1925, cuando Domenico Masi, en medio de circunstancias desafiantes, vio la necesidad de cuidar a un grupo de huérfanas sin apoyo. Con la ayuda de cuatro jóvenes decididas a consagrarse a Dios, se estableció la comunidad que, desde su inicio, ha estado guiada por una profunda devoción a la Virgen María.
A lo largo de los años, las Hermanas de la Inmaculada han experimentado un crecimiento y expansión significativos.
Desde su primer reconocimiento en 1933 hasta su aprobación pontificia en 1960, su dedicación a obras de caridad, en particular hacia los niños abandonados, ha sido el motor de su labor. Hoy, la congregación cuenta con cerca de 200 hermanas repartidas en 22 casas en diversas partes del mundo, incluyendo Italia, Venezuela, Paraguay, Filipinas e Indonesia.
A pesar de los desafíos, las Hermanas siguen enfocadas en su misión original, siguiendo el legado de su fundador: «Jesús Sacramentado – María Inmaculada – la Iglesia – los pobres son nuestro ideal».
Con la apertura del centenario y la conmemoración de sus 25 años en la Arquidiócesis de Mérida, las Hermanas de la Inmaculada miran hacia el futuro con esperanza y determinación, continuando su labor de amor y servicio a los más necesitados.