Ser sal, ser luz y brillar ante los hombres no fueron simples palabras, sino experiencias vividas por los catequistas merideños en la Semana Nacional de la Catequesis. Con la mirada fija en Cristo, cada parroquia renovó su compromiso de acompañar y formar discípulos
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(30-09-2025) Del domingo 21 al domingo 28 de septiembre, la Arquidiócesis de Mérida, en unión con el Secretariado Nacional, celebró la Semana Nacional de la Catequesis bajo el lema “Catequistas peregrinos de esperanza y santidad”.
La celebración reunió a catequistas de distintas parroquias y comunidades, quienes durante siete días vivieron un itinerario de fe marcado por la oración, la fraternidad y el compromiso misionero.

La Hermana Gleudy Lara, directora arquidiocesana de catequesis, explicó que la semana se desarrolló como un verdadero camino de peregrinación:
• Domingo 21: se dio inicio con la Eucaristía de envío parroquial, donde los catequistas renovaron su compromiso de anunciar el Evangelio.
• Lunes 22: bajo el lema “ser sal”, se peregrinó con la Palabra, recordando que el catequista está llamado a dar sabor y sentido a la vida desde el Evangelio.
• Martes 23: Fue el día de “ser luz”. Cada parroquia celebró una jornada de reconciliación, en la que los catequistas se acercaron al sacramento del perdón.
• Miércoles 24: Con la dinámica “jamás ocultarse”, los catequistas vivieron un encuentro fraterno. Inspirados por las palabras de la Madre Carmen Rendiles, se recordó que “el verdadero peregrino, a pesar de las dificultades, no pierde la mirada en Jesús”.

• Jueves 25: Se dedicó a la adoración eucarística, signo de la luz que irradia a toda la Iglesia. En muchas parroquias se organizó la Hora Santa con la presencia de catequistas y párrocos.
• Viernes 26: El llamado fue a “brillar ante los hombres”. La misión se extendió a las redes sociales, donde las comunidades compartieron sus experiencias y testimonios de la semana.
• Domingo 28: Misa de acción de gracias por esta semana y por el nuevo periodo catequético.
Además, el Secretariado Arquidiocesano acompañó de cerca a las comunidades. Se realizaron visitas a parroquias como el Santuario San Buenaventura y Espíritu Santo de Ejido, y se ofrecieron talleres de iniciación cristiana en el arciprestazgo del Mocotíes.
“Este año hemos dado un paso importante: la renovación del itinerario de iniciación a la vida cristiana. Hemos actualizado su diseño, añadido oraciones básicas a cada etapa y compartido nuevas ideas para fortalecer el aprendizaje y la oración en comunidad”, subrayó la Hermana Gleudy.
La Semana Nacional se enriqueció con los testimonios de quienes, desde sus parroquias, vivieron esta experiencia como un verdadero espacio de gracia. En la parroquia Santiago Apóstol de La Punta, la coordinadora Carolina Cols compartió que fue una semana de profundo aprendizaje y encuentro fraterno.

“Durante esta semana reflexionamos juntos sobre el Evangelio de Mateo 5, 13-14, que nos recuerda que somos sal de la tierra y luz del mundo. El jueves acompañamos a Jesús sacramentado en la Hora Santa, y el viernes compartimos nuestras actividades en redes sociales. También tuvimos un encuentro fraterno entre catequistas para fortalecer la unidad. Finalmente, el domingo celebramos la Eucaristía dando gracias por este nuevo periodo catequético 2025-2026”, destacó Carolina.
Por su parte, la parroquia San Juan Pablo II de El Molino – Lagunillas inició un día antes, el sábado 20. “Nuestra semana inició el sábado 20 con la entronización de la reliquia de primer grado de San Juan Pablo II, un momento histórico para nuestra parroquia. Fue una semana de aprendizaje y fraternidad, en la que también despedimos a nuestro querido párroco, el padre Luis Salas, y dimos la bienvenida al padre José Luis Toro. Todo se vivió en un ambiente profundamente espiritual y familiar”, expresó Elizabeth Rodríguez.
Por su parte, en el Santuario Nuestra Señora de la Candelaria en Bailadores, Daniel Ramírez destacó el carácter misionero y esperanzador de la catequesis.
“Celebramos esta semana en el marco del Jubileo de la Esperanza. El catequista debe ser sembrador de fe y caminante incansable, como lo recuerda el Directorio de la Catequesis de 2020. La santidad, como nos muestran la Madre Carmen Rendiles y el Dr. José Gregorio Hernández, no es perfección, sino vivir con amor y fidelidad en lo cotidiano. La catequesis es ese lugar donde se construye la santidad con gestos sencillos que iluminan la vida de los demás”, acotó.

Los días de celebración dejaron una huella profunda en la vida de los catequistas de la Arquidiócesis de Mérida. Más allá de las actividades y encuentros, la Semana Nacional se vivió como una experiencia de renovación interior y comunitaria, que alentó la misión y fortaleció la comunión fraterna.
Con esta celebración, la Iglesia en Mérida reafirma que la catequesis no es solo enseñanza, sino un caminar de fe en comunidad, donde la Palabra se convierte en vida y la misión en un testimonio que ilumina.